Los berrinches y los comportamientos desafiantes en niños de 2 a 4 años son una parte natural de su desarrollo, pero para los padres pueden ser momentos agotadores y frustrantes. Entender por qué ocurren y cómo manejarlas con disciplina positiva puede marcar la diferencia en la relación entre padres e hijos. Aprender a criar a nuestros hijos de una manera diferente a lo que vivimos nosotros de niños puede ayudar a fortalecer el vínculo e impactar positivamente en el cerebro y la personalidad de nuestros pequeños.
¿Por qué ocurren las pataletas?
Lo primero que debemos hacer es entender por qué nuestros hijos tienen estos episodios de comportamientos sin control; las rabietas no son manipulaciones ni caprichos, sino la expresión de una emoción intensa que el niño no sabe regular. Según el neuropsicólogo Álvaro Bilbao, el cerebro infantil está en desarrollo y su corteza prefrontal, responsable del autocontrol, aún es inmadura. Es por esto que cuando un niño se frustra o siente una emoción intensa, su reacción es explotar en llanto o gritos, pues no tiene las herramientas para gestionarlo de otra manera.
Cuando los niños pequeños se enfrentan a una situación que les genera frustración o malestar, su cerebro activa la amígdala, la región encargada de procesar las emociones y generar respuestas de lucha o huida. En los adultos, la corteza prefrontal ayuda a regular esta respuesta, permitiéndonos razonar y controlar nuestras emociones. Sin embargo, en los niños pequeños, esta zona aún está en proceso de maduración, por lo que no pueden calmarse por sí solos de manera efectiva, por lo que solamente reaccionan ante una emoción que además la desconocen.

El pediatra Dr. Carlos González explica que los niños no buscan desafiar a los padres, sino que simplemente actúan de acuerdo con su naturaleza. No entienden conceptos como la paciencia o la lógica adulta, y lo que necesitan en esos momentos es comprensión y guía.
Es fundamental no ver la rabieta o berrinche como un acto intencionado de desobediencia, y entender que es una señal de que el niño necesita apoyo para manejar sus emociones y aprender herramientas de regulación, para poderlas usar en un futuro.
Estrategias de Disciplina Positiva para Manejar las Pataletas
La disciplina positiva, lejos de ser una filosofía permisiva, nos ayuda a guiar a los niños con empatía y firmeza, sin recurrir a castigos o amenazas. Los límites y la guía es fundamental, pero siempre hacerlo con un amor firme.
A continuación, algunas estrategias recomendadas:
Mantén la calma
Es difícil, pero esencial. Si los padres responden con gritos o enojo, solo aumentan la tensión y prolongan la pataleta. En su lugar, respira profundo y mantén un tono sereno. Tu calma les ayuda a regularse; pero además ten en cuenta que el comportamiento del niño es el reflejo de nuestro comportamiento, por lo que si tu regulas tus emociones de manera adecuada, eventualmente él/ella también lo harán.
Esta es una de las recomendaciones que como padres más nos desafían, ten en cuenta que en el camino como padres también podemos cometer errores, somos seres imperfectos como nuestros hijos, con la compasión con la que tu te miras, también se mirará tu hijo.


Reconocer la emoción del niño
Frases como «Veo que estás muy enojado porque querías ese juguete» ayudan a que el niño se sienta comprendido. No juzgues la emoción de tu pequeño, tampoco la quieras cambiar de inmediato, acompáñalo de manera respetuosa, permite que tu hijo la viva, y luego puedes hablar un poco más de lo sucedido.
Sé firme con amor
Si el niño está haciendo una rabieta porque no obtuvo lo que quería, no es recomendable ceder solo para que deje de llorar. Esto le enseña que un berrinche es una herramienta para conseguir lo que quiere. En su lugar, mantente firme en el límite, pero acompáñalo con empatía y amor.
Ejemplo: «Sé que querías otro helado, pero ya comimos uno. Entiendo que te moleste y aquí estoy para ayudarte a calmarte.«
Recuerda practicar técnicas de respiración consciente mientras lo acompañas, pues lo ayudará por reflejo a irse calmando de a poco. También podrías guiarle en una respiración como la que te compartimos acá: https://www.instagram.com/reel/DEdpddKPRRf/?igsh=MWs3aG8zcjg3aDV1bA==
Evitar distracciones o recompensas
No es recomendable calmar a un niño con un dulce, un juguete o una pantalla, ya que asocia la rabieta con una recompensa y tenderá a repetirla para obtener algo.

Tampoco te distraigas o atiendas una llamada, un mensaje o mires el celular, pues la falta de atención y/o empatía solo puede empeorar la situación. Recuerda que el regalo más grande que les damos es estar presentes.
Ofrecer alternativas y enseñar habilidades
Cuando el niño se calme, explícale otras formas de expresar su frustración. Por ejemplo:
1. «Cuando te sientas así, puedes pedirme un abrazo o respirar profundo.» Aquí también puedes aplicar el respirar juntos, o quizás salir por una pequeña caminata juntos.
2. «Si estás enojado, puedes ir a un rincón tranquilo hasta que te sientas mejor.» Le puedes adecuar en su habitación u otro lugar de casa un “espacio de calma” donde él/ella puedan sentarse, encontrar su peluche favorito, quizás un libro y alguna herramienta con la cuál pueda calmar un poquito su mente.
El objetivo es darle herramientas para que poco a poco aprenda a regularse solo.


Cuándo Preocuparse
Las rabietas o berrinches son normales en la infancia, pero si:
1. Son muy frecuentes y duran mucho tiempo.
2. Incluyen agresiones severas o autolesiones.
3. No disminuyen a medida que el niño crece.
De todas maneras siempre consulta con tu Pediatra en consulta, pues él te podrá guiar y comentarte de manera profesional al respecto.
Podría ser recomendable acudir a un especialista para evaluar si hay algún otro factor que esté influyendo en su conducta.
Un Asunto de Familia
Crear un ambiente seguro, establecer límites claros con amor y practicar la paciencia ayudará a que los niños desarrollen una buena inteligencia emocional, algo que les servirá toda la vida.
El manejo de las pataletas no solo depende del niño, sino de todo el entorno familiar. Los padres y cuidadores son modelos de regulación emocional, y su forma de reaccionar enseña a los niños cómo afrontar sus emociones.
La crianza no tiene que ser una lucha, sino un camino de aprendizaje mutuo.

Recuerda que enseñar herramientas de regulación no evitará por completo los berrinches, pero sí les dará a tus hijos una base para manejar mejor sus emociones. Es importante comprender que el cerebro humano madura gradualmente y hay muchas habilidades emocionales y de autocontrol para las que aún no están preparados. En estos momentos, te necesitan como su guía y apoyo. Acompañarlos con paciencia y empatía no solo les ayudará a desarrollarse, sino que también fortalecerá el vínculo entre ustedes, creando una conexión profunda que perdurará toda la vida.
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