En consulta tenemos muchas dudas de crecimiento y desarrollo, hoy queremos compartir esta información con ustedes y despejar muchas de sus inquietudes.
Como padres, muchas veces nos sentimos preocupados en torno al crecimiento de nuestros hijos, sobre todo cuando vemos que algunos de sus compañeritos de escuela son más altos y los comparamos como si el crecimiento fuera igual en todos los niños de la misma edad, pero lo cierto es que, los niños tienen su propio ritmo de crecimiento individual.

El crecimiento es el proceso biológico más característico de la infancia en el que no representa solo un incremento del tamaño del cuerpo, sino que conlleva una maduración progresiva de todos los órganos y sistemas que conduce a la persona a adquirir una capacidad funcional completa.
Para entender cómo crecen nuestros pequeños, vale la pena que conozcas que la talla es un rasgo hereditario y por consiguiente está determinada por la genética. En condiciones normales, alrededor del 80% de la talla adulta se atribuye a factores genéticos. También está genéticamente determinado el ritmo de maduración, responsable, entre otros aspectos de, cómo crece un niño, cuándo se inicia su pubertad o cuándo termina de crecer.
Pero el otro porcentaje que influye en el crecimiento son los factores ambientales, como, por ejemplo, la nutrición, el afecto que reciba un niño o las enfermedades que haya sufrido o padezca actualmente, entre otros, pueden modificar su talla final y el ritmo madurativo genéticamente establecidos.
¿Cuáles son las fases de crecimiento en un niño?
El crecimiento y desarrollo de un niño se puede dividir en cuatro etapas:
- La lactancia
- Los años preescolares
- La etapa media de la niñez
- La adolescencia
Poco después del nacimiento, generalmente un bebé pierde del 5% al 10% de su peso al nacer, por lo que a las dos semanas de edad el bebé debe empezar a tener un crecimiento y aumento de peso rápidos.
De los 4 a los 6 meses de edad, el bebé debe tener el doble de peso que tenía al nacer.


El niño que entra a la edad de 1 o 2 años, cuando normalmente empieza a caminar solo, aumentará aproximadamente 5 libras o 2.2 kg.
De los 2 a los 5 años, el aumento de peso permanece en una tasa aproximada de 2.2 kg por año.
Entre los 2 y los 10 años el niño crece a un ritmo constante, luego se inicia un aumento repentino del crecimiento, comúnmente llamado “estirón” con la llegada de la pubertad, en algún momento entre los 9 y los 15 años.
Es por ello que como padres debemos poner atención a las necesidades que los niños tienen de nutrientes, en donde la alimentación juega un papel importante y se relaciona con estos cambios en la tasa de crecimiento, por ejemplo: Un bebé necesita más calorías en relación con su talla de las que requiere un preescolar o un niño en edad escolar.
Por lo que la necesidad de nutrientes se incrementa de nuevo a medida que un niño se aproxima a la adolescencia.
¿Qué podemos hacer los padres para enfrentar estas etapas de nuestros hijos?
Como padres, generalmente, notamos el crecimiento de nuestros hijos cuando los cambios se están generando, es decir, cuando la ropa que usualmente usaban les queda pequeña o cuando los niños presentan cambios en el sueño o en su apetito.

Algunos indicadores de que tus pequeños están en una fase de crecimiento son:
- Tiene más hambre de lo normal o come más de una porción
- Sus siestas son más largas o duerme más durante la noche.
- Se siente malhumorado y se aferra más a su mamá, aunque no se sienta enfermo.
Es necesario que los padres apoyemos estas etapas con mucha paciencia y afecto, si tu pequeño tiene más apetito de lo normal, sírvele una ración más de comida y ofrécele meriendas saludables. Al igual que el sueño, si el niño tiene la necesidad de descansar, déjalo que lo haga si crees que lo necesita, eso le ayudará también a mejorar su estado de ánimo.
Sin embargo, existen otras señales que te puede dar tu hijo, pero que son de alerta como, por ejemplo, si se siente constantemente fatigado, duerme más de lo usual y su apetito y su mal humor van en aumento, en estos casos, se recomienda una visita al médico pediatra para que pueda descartar cualquier enfermedad o descompensación en su salud
¿Los niños pueden experimentar dolores al crecer?
El dolor que los niños suelen experimentar generalmente en las piernas o alrededor de las pantorrillas, en las rodillas y en la parte delantera de los muslos, no necesariamente se vincula con el crecimiento muscular u óseo, porque no existe evidencia médica que realmente relacione estos dolores con las etapas del crecimiento. Sin embargo, esos dolores son reales en los pequeños y pueden ocasionarse debido a la tensión que sienten los músculos en crecimiento, muchas veces pueden sentir calambres especialmente después de mucha actividad física.
Estos dolores son muy comunes en los años de la educación primaria, empezando a los 3 años y alcanzando el pico de los 8 a los 12 años, este tipo de dolor se puede calmar con descanso.

¿Cuándo deberías llamar al Pediatra?
Si te preocupa que tu hijo no esté creciendo adecuadamente o que no esté alcanzando etapas de desarrollo importantes en un área determinada. Lo primero que debes hacer es acudir al Pediatra, quien más que él/ella que conocen todo el desarrollo de tus hijos, es el/la pediatra quienes evidenciarán si:
- Muestra retrasos en varias áreas de desarrollo.
- Alcanza con éxito una etapa del desarrollo, pero luego pierde la nueva capacidad.
La falta de crecimiento puede estar determinada por varios factores y es el Pediatra quien determinará si tu hijo debe ser derivado a otro especialista según sea el caso de acuerdo a su primera y primordial evaluación.
A veces, existe una razón por la que un niño o adolescente no está alcanzando una determinada etapa. Cosas como un problema de salud existente, problemas de oído o un cambio emocional en su vida pueden provocar un retraso leve y temporal a la hora de alcanzar una etapa del desarrollo. Por ejemplo, un niño pequeño puede tener un retraso en el lenguaje porque tiene problemas para oír o debido a un trastorno del desarrollo como el autismo.
Aunque tu hijo crece a su propio ritmo, debes estar atento a las señales de un retraso en el desarrollo. Cuanto antes identifiques un retraso, mejores probabilidades tendrá tu hijo de recibir el tratamiento adecuado para ayudarle en su desarrollo futuro.
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